Emiliano Hernandez Camargo

En la década de los 60

El 4 de enero de 2023 asistí a un evento del Tecno, al que en 1960, llegué por primera vez como alumno de vocacional, y, de donde egresé en 1966 como Ingeniero Industrial. En esta ocasión fui testigo del cambio de estafeta de la dirección del ITD. El Dr. Guillermo de Anda Rodríguez sustituye a la Mtra. Isela Flores Montelongo, quien desarrolló una gestión exitosa, reconocida por todos los segmentos de la comunidad. Ambos egresaron del Tecnológico en la década de los 90. Fueron incluso compañeros de generación y figuraron entre los mejores estudiantes. En el ejercicio profesional y académico en el Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos de la SEP, son ampliamente reconocidos por su exitosa gestión en los Tecnológicos que han dirigido.

El director general del Tecnológico Nacional de México, Dr. Ramón Jiménez López, decidió el relevo que dio a conocer el Lic. Alán García Fernández, encargado de asuntos estudiantiles del TecNM.

El discurso de los dos fue convergente en subrayar la importancia de dar continuidad a las acciones sustantivas de nuestra institución de educación superior, que es piedra angular de un Sistema de 254 Instituciones. Se reafirmó el compromiso de trabajar con la comunidad para que el ITD, que fue el primero en fundarse, sea el primero del sistema de calidad académica. Fueron enfáticos en reconocer la valía del papel que corresponde jugar a todos los segmentos de la comunidad en el fortalecimiento de nuestra identidad institucional en la era digital en que nuestra región es global.

En la ceremonia se habló de la conmemoración del 75 aniversario del ITD, en el que habremos de participar. “La historia no es sólo la memoria; es también el corazón de una comunidad”.

Motivado por los discursos de Isela y Memo, aprovecho la oportunidad para reiterar lo que ha sido mi convicción como ingeniero que escribe sobre la historia del Sistema Nacional de Enseñanza Técnica. En primer lugar que la creación y desarrollo de una institución es obra colectiva de una comunidad de generaciones. Con esa idea voy a referirme a mi participación en la constitución de dos organizaciones estudiantiles y la creación de dos instituciones educativas en las que participé en la década de los 60.

  • 1963 el Círculo Nacional Estudiantil de Institutos Tecnológicos Regionales. Es antecedente lejano del actual Consejo Nacional de Estudiantes de Educación Superior Tecnológica.
  • 1966. El Consejo de Gobierno del Movimiento Estudiantil del Cerro del Mercado. Un actor relevante de esta gesta histórica, que integró orgánicamente a los dirigentes estudiantiles de las escuelas de educación media y superior que intervinieron. Este asumió la rectoría y coordinación del Movimiento y la representación primero de los estudiantes y negociador reconocido tanto por las organizaciones sociales y políticas que apoyaron el movimiento como por las autoridades estatales y federales.
  • 1969. Instituto Tecnológico Regional del Istmo en Juchitán, Oax.
  • 1969. El Centro de Estudios Tecnológicos en Salina Cruz.

Las organizaciones sociales y mi transito al ejercicio profesional en el sistema educativo tienen conexión y significado especial porque surgieron en los 60, cuando el sistema político mexicano empieza a transformarse abruptamente, llega a su cenit teniendo como punto de inflexión la tragedia del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, siendo presidente de la República el Lic. Gustavo Díaz Ordaz. La década de los 60 fue en Europa, Estados Unidos y en México la de las rebeliones estudiantiles. Pero que en nuestro país, tuvieron diferentes desenlaces. En Durango el Movimiento Estudiantil-Popular de 1966 desembocó en la desaparición de Poderes en el Estado y en la salida del gobernador Dupré Ceniceros, pero no hubo represión militar como en Morelia en 1966 y Tlatelolco en 1968.

Del Consejo de Gobierno del Movimiento Estudiantil de 1966, asumió la representación de los duranguenses en las negociaciones, primero con la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, demandando la construcción de una planta Siderúrgica, y luego con el gobierno federal un programa amplio en industrialización del Estado. En nuestra próxima entrega abordaremos el tema. Los hechos actores y el contexto sociopolítico y económico están documentados en varios libros. Entre estos de quienes fuimos actores, en “Pueblo Mío”, del Lic. Máximo Gámiz Parral que participó en el lado de las organizaciones empresariales, y el de mi autoría, “Durango. El Movimiento Estudiantil del Cerro de Mercado de 1966” y con mayor rigor académicos en el de la periodista y escritora, Dra. Rosa María Valles Ruíz, “60 DÍAS QUE CONMOVIERON A DURANGO. MOVIMIENTO ESTUDIANTIL-POPULAR 1966”.

Sigamos en contacto
Más Publicaciones